Uno de los míticos grupos de la Movida, quizá el precursor de todo aquello tras el concierto homenaje a su batería desaparecido Canito, pasó ayer por el “Paco Gálvez” para amenizar las noches de feria tomelloseras. Fue una deliciosa actuación con un cuidado repertorio que incluyó sus mejores y más conocidas canciones que el público cantaba bajo la dirección del gran Álvaro Urquijo y la atenta mirada de su inseparable Ramón Arroyo. Si los Secretos son lo que son, explicó, son gracias a las canciones del recordado Enrique Urquijo, y también gracias a la fidelidad del público que sabe reconocer la trayectoria y la creación musical de la banda madrileña. Así lo explicaba el cantante solista que supo ganarse al respetable con acertados comentarios de complicidad sobre las canciones y sobre la trayectoria del propio grupo.
El concierto, que comenzó con una puntualidad casi británica, se fue sucediendo con todas las canciones que han situado a Los Secretos en la cima del pop español con sus grandes clásicos como Ojos de perdida, Pero a tu lado, Agárrate a mí María, Quiero beber hasta perder el control, La calle del olvido o Y no amanece. Pocas de sus mejores canciones se dejaron en el olvido y con Déjame llegó el apoteósico final de un gran concierto que el público supo agradecer con una calurosa ovación.
- Te recomendamos -